Antecedentes
El Riego suplementario (RS) o Riego deficitario (RD) ha sido exhaustivamente investigado como una estrategia productiva valiosa y sostenible para una gran variedad de cultivos en las regiones secas. Al restringir las aplicaciones de agua a las etapas de crecimiento sensibles a la sequía, dicha práctica busca optimizar la productividad hídrica y estabilizar, más que maximizar, los rendimientos (Geerts and Raes 2009 1, FAO 2002 2). Ello conlleva la aplicación de cantidades limitadas de agua a cultivos esencialmente de secano para mejorar y estabilizar los rendimientos en temporadas en que la lluvia no proporciona suficiente humedad para un crecimiento vegetal normal. A diferencia del riego total, el momento y cantidad de RS no se pueden determinar anticipadamente, dada la variabilidad natural de una estación a otra y del nivel de precipitación en la estación lluviosa (Oweis and Hachum 2012). 3
Su relación con la ASAC
Al lograr mayor productividad hídrica, la productividad y estabilidad de la producción del cultivo pueden aumentar significativamente mediante la adición de pequeñas cantidades de RS en el momento justo. Por ejemplo, en el norte de Iraq, donde se han realizado cuantiosas inversiones en RS, el rendimiento 1997-1998 del trigo de secano aumentó de 2.2 a 4.6 t/ha con tan solo aplicar 63 mm de RS en una estación de 236 mm de precipitación (Oweis and Hachum 2012). 3 El RS ofrece considerables beneficios de adaptación con la reducción y eliminación del riesgo a corto plazo de la pérdida total o parcial de la cosecha de cultivos de secano, a causa del estrés hídrico en etapas críticas, un beneficio de adaptación que tomará mayor importancia en el futuro, en regiones donde la agricultura de secano es importante y donde las proyecciones de cambio climático sugieren menores cantidades de precipitación con una mayor variabilidad.
Impactos y lecciones aprendidas
Dada la naturaleza impredecible de la programación del RS, los mejores sistemas de abastecimiento de agua son aquellos que se pueden utilizar «a voluntad», por ejemplo, que los agricultores tengan acceso a un pozo o fuentes cercanas de agua. Además, la mayoría de veces, los agricultores van a necesitar un sistema eficaz de extensión, que sea capaz de asesorarlos en cuanto al momento y cantidad de RS a aplicar. En muchas comunidades, el suministro de agua disponible es inadecuado para regar todo el terreno. En esos casos, los agricultores podrían considerar el beneficio colectivo de aplicar RS aunque no obtengan un rendimiento óptimo en sus campos de cultivo, pero que sí permitan que el agua ahorrada pueda ser utilizada para regar otros terrenos en la comunidad (Geerts and Raes 2009 3, Oweis and Hachum 2012 3).
Referencias
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1
Geerts S, Raes, D. 2009. Deficit irrigation as an on-farm strategy to maximize crop water productivity in dry areas. Agricultural Water Management 96(9):1275–1284.
http://dx.doi.org/10.1016/j.agwat.2009.04.009 Riego deficitario como estrategia dentro de la finca para optimizar la productividad hídrica en zonas áridas. El Riego suplementario (RS) o Riego deficitario (RD) ha sido exhaustivamente investigado como una estrategia productiva valiosa y sostenible en las regiones secas. Al restringir las aplicaciones de agua a las etapas de crecimiento sensibles a la sequía, dicha práctica busca optimizar la productividad hídrica y estabilizar, más que maximizar, los rendimientos. Revisamos una selección de investigaciones de todo el mundo y resumimos las ventajas y desventajas del riego deficitario. Los resultados confirman que el RD logra incrementar la productividad hídrica para varios cultivos sin causar reducciones severas en el rendimiento. Aun así, se necesita que el suelo tenga un mínimo de humedad. El RD requiere que se conozca con precisión la respuesta del cultivo a la sequía, pues la tolerancia varía considerablemente según el genotipo y la etapa fenológica. Por consiguiente, en el desarrollo y optimización de estrategias de RD la investigación de campo se debe combinar con la elaboración de modelos de productividad hídrica de los cultivos. -
2
FAO. 2002. Deficit Irrigation practices. Water Reports 22. Rome, Italy: Food and Agriculture Organization of the United Nations.
ftp://ftp.fao.org/agl/aglw/docs/wr22e.pdf Prácticas de riego deficitario. Esta publicación presenta los resultados de una serie de estudios sobre riego deficitario, realizados en varios cultivos y bajo diversas condiciones ecológicas, con un análisis del impacto de la reducción del suministro de agua en el rendimiento del cultivo. Los resultados de los estudios se presentan en diez contribuciones elaboradas por un equipo de científicos especializados en riego deficitario. Los artículos se elaboraron por encargo de la División Mixta FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Agricultura y la Alimentación, en estrecha colaboración con la Dirección de Fomento de Tierras y Aguas de la FAO. -
3
Oweis T, Hachum A. 2012. Supplemental irrigation: a highly efficient water-use practice. Aleppo, Syria: ICARDA.
http://www.icarda.org/wli/pdfs/Books/Supplemental_Irrigation.pdf Riego suplementario: una práctica de aprovechamiento de agua sumamente eficiente. Este libro pone énfasis en la mayor necesidad de equilibrar las inversiones en sistemas de secano en comparación con agricultura bajo riego. Necesitamos una nueva gobernanza, inversión y modelo de gestión en el que se consideren todas las opciones hídricas para el sistema agrícola. El libro resalta otra serie de aspectos, incluida la productividad hídrica, integración e investigación y desarrollo participativo. En zonas áridas de cultivo de secano, donde el agua (no la tierra) es el factor limitante, la prioridad debería ser más bien la optimización del rendimiento por unidad de agua y no por unidad de tierra. El riego suplementario puede desempeñar una función fundamental para el incremento de la productividad de agua y para asegurar un uso más sostenible de las aguas subterráneas. Para obtener el máximo beneficio, el riego suplementario debe formar parte de un paquete integrado que incluya insumos distintos al agua, métodos mejorados de manejo agrícola y otros componentes. Los regímenes óptimos de riego suplementario se basarían en políticas adecuadas de gestión hídrica, evaluaciones económicas (p.ej. relación cultivo/precio del agua) y aplicaciones oportunas. Como lo ha demostrado la experiencia, la mejor manera de introducir, probar y escalar la tecnología del riego suplementario es a través de programas integrados de investigación y desarrollo participativo con los agricultores.