Antecedentes 1 2 3
Un gran impedimento para la cría de especies rumiantes en muchos países en desarrollo es la cantidad y calidad del forraje disponible. Los pastos nativos que se encuentran en los pastizales de los países en desarrollo tienden a ser de digestibilidad relativamente baja. La productividad de los pastos puede aumentarse mediante la adición de fertilizantes nitrogenados y fosforados, el ajuste de la frecuencia e intensidad del pastoreo y el uso de riego. Mejorar la calidad y productividad de las pasturas ofrece un medio fácilmente accesible para incrementar la producción ganadera, especialmente en los trópicos húmedos o subhúmedos. No obstante, aunque dichas prácticas van a mejorar la calidad del pasto y el rendimiento de los animales, no siempre van a reducir las emisiones de GEI. Por ejemplo, la adición de fertilizante nitrogenado en un sistema de pastoreo puede reducir las emisiones de metano, pero va a incrementar las de óxido nitroso.
Su relación con la ASAC
La siembra de forrajes de mejor calidad y un mejor manejo de los pastizales va a mejorar la digestibilidad y la calidad de los nutrientes, lo cual derivará en un crecimiento más rápido de los animales, mayor producción de leche, primer parto a edad más temprana y mayores ingresos. Una mejor nutrición también puede incrementar la tasa de fertilidad y reducir el índice de mortalidad tanto de terneros como de animales adultos, el desempeño del hato y la resiliencia del sistema a las crisis climáticas. Es posible lograr mejoras considerables en el secuestro de carbono en el suelo y en la productividad de la finca, así como reducción de la intensidad de las emisiones enteríticas al sustituir la vegetación natural con pastos de sistema radicular profundo, como Brachiaria.
Impactos y lecciones aprendidas
En América Latina, los pastos Brachiaria han sido ampliamente adoptados con grandes beneficios. La productividad animal se puede aumentar de 5 a 10 veces, en comparación con la de animales que se alimentan de la vegetación nativa de la sabana. En Brasil, donde se han plantado alrededor de 99 millones de hectáreas, los beneficios anuales ascienden aproximadamente a USD 4 millardos. En los sistemas pecuarios húmedos o subhúmedos de América Latina, el total de la mitigación potencial de pastos mejorados, tales como Brachiaria, se estima en 44 Mt CO2 eq. Ello se debe en parte a la mitigación del metano por la reducción en el número de cabezas de ganado necesarias para satisfacer la demanda de leche y carne, pero sobre todo por el secuestro de carbono de los pastos de raíces profundas. Con todo y eso, existen limitantes para la adopción de mejores pastos, más que nada por la capacidad técnica que se necesita para manejarlos y los costos asociados con su siembra y mantenimiento.
Referencias
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Rao IM, Peters M, van der Hoek R, Castro A, Subbarao G, Cadisch G, Rincón A. 2014. Tropical forage-based systems for climate-smart livestock production in Latin America. Rural21.
http://www.rural21.com/uploads/media/rural2014_04-S12-15.pdf Sistemas forrajeros tropicales para una producción ganadera sostenible adaptada al clima en América Latina. Las gramíneas y leguminosas forrajeras tropicales, como componentes fundamentales de los sistemas agropecuarios en América Latina y el Caribe, tienen implicaciones serias para el refuerzo de la seguridad alimentaria, reducción de la pobreza, restauración de tierras degradadas y mitigación del cambio climático. Los cultivos forrajeros sostenibles adaptados al clima pueden mejorar la productividad pecuaria de los pequeños sistemas productivos y romper el círculo vicioso de la pobreza y la degradación de los recursos. La intensificación sostenible de los sistemas forrajeros contribuye a una mejor nutrición humana, incremento de los ingresos de la finca, aumenta la acumulación del carbono en suelo y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. -
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Thornton PK, Herrero M. 2010. The potential for reduced methane and carbon dioxide emissions from livestock and pasture management in the tropics. PNAS 107(46):19667–19672.
http://dx.doi.org/10.1073/pnas.0912890107 Potencial de reducción de las emisiones de metano y dióxido de carbono del manejo del ganado y pastos en el trópico. Calculamos el potencial de reducción de las emisiones de metano y dióxido de carbono de varias opciones de manejo del ganado y pastos en sistemas de producción mixtos y de pastoreo en el trópico. Se calculan los impactos en la producción de metano y dióxido de carbono de la adopción de pastos mejorados, intensificación de la dieta de rumiantes, cambios en las prácticas de uso de la tierra y cambio de razas de rumiantes grandes para dos niveles de adopción: adopción total, para estimar el límite superior de las reducciones de estos gases de efecto invernadero, e índices de adopción, optimistas pero factibles, tomados de la literatura. Los resultados se expresan tanto en GEI por tonelada de producto del ganado y en GtCO2-eq. Calculamos que el máximo potencial de mitigación de estas opciones en los sistemas ganaderos terrestres de los trópicos asciende aproximadamente al 7 % del potencial de mitigación agropecuaria global para el año 2030. Por medio de los índices históricos encontrados en la literatura, el potencial de mitigación factible de estas opciones podría contribuir aproximadamente 4 % de la mitigación agropecuaria global de GEI. Esto podría representar unos USD 1.3 millardos por año, a un precio de USD 20/t CO2-eq. Sin embargo, los impactos socioculturales a nivel doméstico de algunas de estas opciones requieren mayor estudio, puesto que el ganado tiene varias funciones en los sistemas tropicales que van más allá de su utilidad productiva. -
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FAO. 2013a. Climate-Smart Agriculture: Sourcebook. Rome, Italy: Food and Agriculture Organization of the United Nations.
http://www.fao.org/3/a-i3325e.pdf Agricultura Sostenible Adaptada al Clima: Manual de referencia. De aquí al año 2050, la población mundial crecerá un tercio. La mayoría de estos dos mil millones de nuevos habitantes vivirá en países en desarrollo. Al mismo tiempo, la mayor parte lo hará en ciudades. La FAO estima que, si persisten las tendencias actuales de crecimiento de ingresos y consumo, la producción agrícola tendrá que aumentar un 60 % para 2050 con el fin de satisfacer la demanda esperada de alimentos y forrajes. Por tanto, la agricultura debe transformarse para alimentar a la creciente población mundial y sentar las bases para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. El cambio climático hará más difícil esta tarea en un escenario sin cambios, debido a los impactos adversos sobre la agricultura, que requerirán esfuerzos de adaptación vertiginosos y costes asociados cada vez mayores.