¿En qué se diferencia?
Introducción
En el siglo XX se alcanzaron incrementos significativos en la productividad agrícola dentro del marco de la denominada'Revolución Verde'. Mediante monocultivos y un aumento en el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, los rendimientos de los cultivos se incrementaron de manera continua en todo el mundo. Sin embargo, este progreso se logró a un costo significativo. Se degradó la calidad del suelo, la biodiversidad se redujo y la resistencia de a las plagas disminuyó. Asimismo, aumentó la contaminación del suelo y las capas freáticas con pesticidas y fertilizantes, lo cual puso en riesgo el medio ambiente y la salud humana (IFAD 2012b). 1
La agricultura sostenible adaptada al clima (ASAC) no es una reencarnación más de la ‘Revolución Verde’. Por el contrario, la ASAC tiene mucho en común con enfoques de agricultura sostenible. Ello significa que para enfrentar el cambio climático no necesitamos descartar o reinventar todo lo que hemos aprendido sobre agricultura y desarrollo sostenible en las últimas décadas (ibid). De hecho, el concepto de ASAC está asentado sobre fundamentos técnicos practicados desde hace mucho tiempo y una variedad de enfoques de producción sostenible, tales como agricultura sostenible, intensificación sostenible, y agricultura de conservación, que son los pilares de la implementación de las prácticas de ASAC.
Entonces, ¿en qué difiere la ASAC de la agricultura sostenible? Esto se reduce a tres características esenciales: (i) un enfoque explícito en cambio climático; (ii) la búsqueda de sinergias y la negociación de disyuntivas para alcanzar resultados en productividad, adaptación y mitigación desde una perspectiva de paisaje o sistema más amplia y (iii) la disponibilidad de nuevas opciones de financiamiento para el desarrollo agropecuario.
Las tres grandes diferencias
i) Enfoque en cambio climático: Al igual que otros enfoques de agricultura sostenible, los criterios sobre los que se basa la ASAC comprenden aumentos en el rendimiento y sostenibilidad. Pero esta se distingue por su enfoque en cambio climático, abordando de manera explícita los desafíos de la adaptación y mitigación trabajando a su vez en función de la seguridad alimentaria de todos. Básicamente, la ASAC es agricultura sostenible que incorpora el tema de la resiliencia al tiempo que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
ASAC = Agricultura Sostenible + Resiliencia – Emisiones.
ii) Resultados, sinergias y disyuntivas: Para desarrollar intervenciones que afronten simultáneamente los tres desafíos de productividad, adaptación y mitigación, la ASAC no solo debe enfocarse en tecnologías y prácticas, sino también en los resultados de las intervenciones más allá de la finca. De modo que debe considerar las sinergias y disyuntivas que se presentan entre productividad, adaptación y mitigación, así como las interacciones que se dan a diferentes niveles, incluidas implicaciones socioecológicas mayores. Por ejemplo, las intervenciones de ASAC a nivel de finca/comunidad pueden afectar los sistemas tanto sociales como económicos existentes en el lugar, así como un entorno más amplio. Asimismo, una intervención de ASAC que busca incrementar la productividad también debería considerar cómo esta afecta la adaptación y mitigación y cómo puede optimizar mejor los tres resultados al nivel más adecuado. Todo ello requiere que los agricultores y los tomadores de decisiones comprendan las sinergias y disyuntivas que se presentan entre los tres pilares y entre los distintos niveles. Para ayudarlos a tomar decisiones más fundamentadas (desde la finca hasta el gobierno central), la ASAC se enfoca en desarrollar herramientas de medición y priorización que pongan de relieve dichas sinergias y disyuntivas.
iii) Nuevas opciones de financiamiento: Actualmente, hay un enorme déficit en la inversión que se necesita para alcanzar la seguridad alimentaria. Al enfocarse de manera explícita en el cambio climático, la ASAC abre nuevas oportunidades de financiamiento para el desarrollo agropecuario, permitiendo al sector aprovechar el financiamiento climático para adaptación y mitigación. Ello incluye financiamientos provenientes, entre otros, del Fondo de Adaptación, el Fondo para los Países menos Adelantados o el Fondo Especial para el Cambio Climático, así como del Mecanismo de Desarrollo Limpio y el Mercado Voluntario de Carbono. Lo que mejores perspectivas ofrece son las asignaciones destinadas especialmente para ASAC por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF por sus siglas en inglés) y el futuro Fondo Verde para el Clima.
Referencias
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IFAD. 2012b. Climate-smart smallholder agriculture: What’s different? IFAD Occasional Paper. Rome, Italy: International Fund for Agricultural Development.
http://www.ifad.org/pub/op/3.pdf Agricultura Sostenible Adaptada al Clima para pequeños productores: ¿en qué difiere? Existe un consenso cada vez mayor de que el cambio climático está transformando el contexto para el desarrollo rural, cambiando los paisajes físicos y socioeconómicos y encareciendo el desarrollo de los pequeños productores. Pero menor consenso existe acerca de la manera en que deberían cambiar las prácticas agropecuarias de los pequeños productores como consecuencia. Se suele preguntar: ¿en qué difiere la pequeña agricultura sostenible adaptada al clima que va más allá de las mejores prácticas tradicionales para el desarrollo? Este documento sugiere tres cambios importantes: • Primera, es necesario que la elaboración de los proyectos y la formulación de las políticas reflejen mayores riesgos, donde las evaluaciones de vulnerabilidad y mayor uso de modelos de escenarios climáticos se combinen con una mejor comprensión de las interacciones entre la producción agropecuaria a pequeña escala y paisajes más extensos. • Segunda, la comprensión más profunda de la interconexión de los riesgos debería impulsar un mayor escalamiento de los enfoques exitosos de «múltiples beneficios» para la intensificación agropecuaria sostenible por parte de los pequeños productores. Dichos enfoques pueden crear resiliencia a través del manejo de la competencia entre los distintos sistemas de uso de la tierra a nivel de paisaje y al mismo tiempo, reducir la pobreza, mejorar la biodiversidad, aumentar los rendimientos y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. • Tercera, el cambio climático y la austeridad fiscal están reconfigurando la estructura del financiamiento internacional para el desarrollo público (y potencialmente el privado). Esto requiere: (i) nuevos esfuerzos para favorecer que los pequeños agricultores se conviertan beneficiarios importantes del financiamiento climático, para brindar incentivos múltiples a las actividades y compensar los costos y riesgos de transición por el cambio de prácticas agropecuarias y (ii) mejores formas de alcanzar y luego medir una amplia gama de beneficios múltiples más allá de los impactos tradicionales sobre la pobreza y el rendimiento. El FIDA ayuda activamente a los países en desarrollo a realizar estos cambios, según sus particulares necesidades y circunstancias. Estos cambios constituyen la base de diversos marcos normativos e institucionales, tales como la Política de Gestión de Recursos Naturales y Medio Ambiente, la Estrategia de Cambio Climático, la iniciativa sobre financiamiento climático para pequeños agricultores (Programa de Adaptación para Pequeños Agricultores) y el Marco Estratégico del FIDA 2011-2015.